sábado, 3 de noviembre de 2012

Importancia incalculable del saber pedagógico.

Bienvenidos y bienvenidas a estas notas del aprendizaje por  cacharreo.

¡SÍ, HA VALIDO LA PENA EL APRENDIZAJE DEL SABER PEDAGÓGICO!

Primero cuento la sorpresa:

¡Sorpresa, acaso!

... Pues aquí está el cuento. Desde hace algunos días estaba buscando una aguja en un pajar. No encontraba el momento que me empujara a realizar este ejercicio para crear el bien afamado blog del saber pedagógico. Me pasaba lo que a algunos nos suele pasar cuando tenemos que abordar algo complicado en la vida: "Déjalo un poquito más en remojo o en el congelador, a ver si me animo a buscar la respuesta adecuada. Y pasa el tiempo, y el regalito en el congelador ya se le está pasando el tiempo de exponerlo en la mesa del comedor". Esto mismo me ha pasado con el creación del famoso blog. Cómo es la primera vez que me lanzo a crear un blog, como dicen los jóvenes de nuestros días y también los adultos de mi época, me ha tocado cacharrear. Hice un primer intento, pregunté a un ingeniero, justo en el momento en el que se encontraba más ocupado, detalle éste que me dejó más perdido.... Guardé los primeros intentos en el congelador. En otro momento busqué un instructivo cibernético que me llevó hasta cierta parte y me dejó solo. Y acumula entrañables sufrimientos hasta encontrar el momento para decidirme pasar el río. Y aquí estoy. Voy a ver cómo me sale el esperado blog para apuntarle un saltico más saber pedagógico.

Dónde residen las llaves del saber...?

"Un viejo iba una noche de camino a casa cuando vio a un amigo arrodillado bajo un poste de luz, buscando algo. "¿Qué estás haciendo?, le preguntó.

¿De qué está hecho nuestro entendimiento?
"Se me cayeron las llaves de la casa".

"Te ayudo a buscarlas". Después de unos minutos de búsqueda infructuosa el viejo preguntó: "Exactamente dónde estabas cuando se te cayeron las llaves"?
Su amigo señaló hacia la oscuridad."Allá"."¿Y entonces, por qué las estás buscando aquí?". 
"Porque aquí es donde hay la luz".

Dónde residen las llaves del saber 
o del conocimiento?

Cuánto te conozco y cuánto disfrutas tú cuando aprendemos los dos.
Dónde está la luz para encontrar el conocimiento. Acaso lo buscamos en la oscuridad, en lugares desconocidos, complejos, cargados de incertidumbre, o sólo lo buscamos en lugares en los que hay siempre luz.
En una oportunidad no tan lejana, Carlos Vasco participaba de un congreso de pedagogía, y al referirse a la evaluación, decía que el saber, el conocimiento, pero sobre todo el aprendizaje, estaba enmarcado en ese "cuánto conoce el maestro al estudiante, y éste, es decir, el estudiante, cuánto disfruta del aprendizaje con el maestro".
Construir armonía en el aprendizaje.
Cuántas veces se ha acercado el maestro para conocer al estudiante en su ser y hacer. No se trata tanto de llenar el entendimiento de fórmulas matemáticas, de razonamientos con alta abstracción, sino más bien, de acercarnos a la persona del estudiante para conocerlo, para compartir con él la fuerza o debilidad de su aprendizaje, para enterarnos qué tan grande es la brecha generacional que nos separa, pero, a la vez, para averiguar cuáles son sus intereses y en qué abrigamos alguna sintonía entre él mismo y nosotros como maestros. Pero, además, al igual que la imagen que parece sugerirnos cuánto disfrutamos él y nosotros de la búsqueda de conocimiento, del aprendizaje, del sabor de la misma vida.
Con nuestras manos pintadas, nosotros por la experiencia y él que se acerca a nosotros por la confianza que le brindemos y la capacidad que tengamos para persuadirlo del valor del aprendizaje, del valor de hacerle sentir que estamos casi en la misma horizontalidad para aprender juntos.

Así como dice García Hoz, "si el pensamiento popular lleva a la idea de que la educación está en función de la vida, es un aprender a vivir, los profesores capaces de reflexionar sobre su propio quehacer llegan a la conclusión semejante. Estiman que se disminuye o denigra su función si se la considera como una mera trasmisión de conocimientos. (...), El profesor, corrientemente apreciado como un buen profesor, que aspira a encaminar a sus alumnos al aprendizaje de la vida, parece identificarse con el maestro, quien convierte en ilusión de su vida el estímulo y la orientación para que los jóvenes aprendan a vivir". Cfr. GARCÍA HOZ, V., El proyecto de reforma educativa, en Verbo, junio-julio 1990.


Ah, y ante todo, dónde está el don de la pedagogía?

"¿Y entonces, por qué las estás buscando aquí?". 
"Porque aquí es donde hay la luz".



Educadores felices para ayudar a ser felices a los estudiantes.

"Tus verdaderos educadores. decía Nietzsche, 
tus verdaderos formadores te revelan lo que es la verdadera esencia, el verdadero núcleo de tu ser, algo que no puede obtenerse ni por educación ni por disciplina, algo que es, en todo caso, de un acceso difícil, disimulado y paralizado. Tus educadores no podrían ser otra cosa para ti que tus libertadores".Cfr. Consideraciones intempestivas.



El aprendizaje del juego de la vida.
Verdaderamente, el reto para los maestros es convertir cada actividad educativa en el arte de la acción educativa: En cada acción educativa se verá el aprendizaje del juego para la vida entre el maestro y el estudiante.
Es el acto mediador por el cual el  maestro llega al estudiante para hablarle, ojalá, al corazón, para advertirle que él es el autor de su misma transformación, al igual, que el artífice de su misma formación.

Con un saludo cordial y cariñoso.


Antidio Bolívar.





















1 comentario:

  1. Hola Antidio: Qué buena idea llamar la atención del lector contando la historia de la creación de este blog, realmente a todos nos ha pasado algo similiar...La conclusión, es que hay que "lanzarse" y aquí esté el resultado: La interacción cibernética y el logro académico conseguido.
    Te felicito por la alegoría de las llaves del conocimiento ...
    Agradable fue visitar tu blog y las reflexiones contenidas en él.

    Cordial Saludo,

    Ana María García

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